"Dios está dentro de ti."
No te confundas, ésta no es una discusión sobre la existencia de Dios, o sobre religiones, lo que estas por escuchar, es una verdad inmutable y una conclusión a la que los pensadores más profundos han llegado y han de llegar. Lo que se afirmará posteriormente, es una verdad que no puede ser PROBADA con los métodos científicos tradicionales, solamente tú puedes comprobarlo, si la suficiente atención y concentración acompañan el pensamiento sobre este tema.
Realmente, Dios vive dentro de ti. Cuando decimos Dios, entiéndase cualquiera de las concepciones que las religiones hacen sobre esa fuerza creadora, consciente y espiritual, a la que en todas las edades y en todos los puntos de la tierra se ha rendido culto y adoración. El pensamiento infantil, que separa al Dios cristiano del Dios egipcio o hindú, aun y cuando hay diferencias en su culto y características, al final de cuentas, no es más que la expresión de una humanidad inmadura y ególatra.
El ser humano ha buscado, busca y buscará su origen como parte de un plan divino que no puede entender, que es más completo que él y que presume fue concebido en la mente infinita de un ser todopoderoso, omnipresente y omnisciente. En verdad, la búsqueda del ser humano por ese ser superior, es la misma en toda la tierra, se diferencia en su origen por cuestiones culturales, históricas, raciales y filosóficas sobre la concepción antropomórfica que le damos a un ente que no podemos entender, y que sin embargo, reconocemos como máximo poder creador de todo cuanto existe.
El razonamiento inductivo y el análisis comparativo de las religiones nos lleva a una conclusión inevitable: el ser humano reconoce la existencia de una entidad inteligente y consciente, que crea y transforma la realidad en la que vivimos. Debates filosóficos milenarios han tratado de probar la existencia de ese ser, y con la misma fuerza, la posición antagónica ha tratado de negar la existencia del mismo, ambas corrientes filosóficas presentan robustos argumentos y secuencias lógicas de pensamiento que llevan a pensar en sus inevitables conclusiones a los diferentes estudiosos: Es imposible que la creación de todo el universo visible e invisible haya sido producto del azar, debe haber un creador y un plan de evolución diseñado, o por el contrario: Es imposible que un creador haya diseñado todo cuanto existe, la creación es producto del movimiento mismo de la materia y las diferentes leyes que la rigen, el caos rige al universo y no hay un plan predefinido, nada está escrito.
Sin embargo, no entraremos en ese debate ahora, debemos asumir que si estás leyendo estas líneas, reconoces la existencia de un ser superior, o una conciencia superior a la nuestra, que diseñó y creó todo cuanto existe.
Lo importante para esta conferencia es el siguiente planteamiento: ¿Dónde está esa conciencia, ese ser creador? Muchos buscan esa conciencia fuera de ellos, pues creen en una entidad más o menos con forma humanoide y de largas barbas blancas, vestido en prístinas túnicas y viviendo en los cielos, siendo estos más o menos un lugar lleno de nubes y querubines tocando deliciosas melodías, otros van más allá y lo conciben como una entidad etérea que no posee cuerpo físico y que existe por sí mismo y habita en un lugar desconocido pero que mira desde arriba a la sufrida humanidad y está listo para castigar o premiar según sus conductas a los miembros de la misma.
Esas visiones infantiles, que las grandes mayorías tienen de ese ser que no entienden y que les obliga a atribuirle características humanas a algo que no es humano ni tiene características humanas, son las que han alejado a la humanidad de su verdadera fuente de poder: Dios en nosotros.
En primer lugar, debes saber que hay un mundo invisible, espiritual, en donde toda la realidad, así llamada, de este mundo material es creada. Sirva como ejemplo, el quehacer del arquitecto, que en su mente hace imágenes mentales que después plasma en una maqueta, para darle vida luego, a través de las técnicas y medios económicos que ofrece este plano material. La idea, se convierte en “realidad”, la idea se “cristaliza” a través de la obra de ingenieros civiles y obreros de construcción, y no como una precipitación del vacío, como muchos pudieran llegar a pensar.
Este mundo espiritual se rige por el pensamiento, el espíritu tiene una característica primordial, y ella es, la capacidad de pensar con la libre voluntad que ha sido otorgada a cada uno de nosotros, es decir, somos conscientes que podemos ejercer nuestra voluntad. En fin, Dios es espíritu, el espíritu posee tres características esenciales: la Omnipresencia, la Omnisciencia y la Omnipotencia, que por analogía, debemos poseer los seres humanos si creemos que hemos sido creados en su imagen y semejanza, no obstante, son atributos que yacen latentes en nuestra conciencia y son potencias creadoras que en la mayoría de los seres humanos duermen ausentes del diario vivir.
Dios crea a través de sus expresiones individuales: nosotros, y nosotros creamos a través de él, de Dios, de esa conciencia omnipresente. Dios está dentro de ti, porque Dios es la conciencia dentro de ti que te hace saber que tú eres. Cuando dices Yo Soy, estás activando a Dios dentro de ti. Primero fue el verbo, el verbo se hizo carne. Primero es el pensamiento, el cual es depositado en un campo infinito de sustancia plástica y atrayente, el éter, este según las grandes leyes precipita el pensamiento en objetos visibles. Cómo se da ese proceso? Nadie lo sabe, es el secreto de los secretos, pero es la verdad más grande que puedes conocer. Por eso, tú conciencia, es Dios en acción, y así como Dios crea, así crea el hombre: por su capacidad de concentrar pensamientos en una dirección a través de su fuerza de voluntad.
Lecturas de apoyo (Próximamente en español):